Por
si el Ayuntamiento de Madrid no hubiese tenido suficiente con la
polémica de las Olimpiadas de 2022, ahora los vecinos del distrito
Argazuela tenemos un claro ejemplo de especulación urbanística en
la puerta de nuestras casas.
Y
es que resulta que los obreros, las obreras y los jóvenes de
extracción obrera y popular de nuestros barrios, nos encontramos con
un nuevo, gran negocio de la burguesía, que busca sacar el más
eficiente partido a una enorme zona de Arganzuela sin contar con
nuestros intereses (para variar); la noticia es la siguiente: Se
aprobó en un pleno del Ayuntamiento, hace escasos días, el plan
urbanístico para la construcción de dos rascacielos y un complejo
de edificios en la parcela que ahora mismo ocupan el Estadio Vicente
Calderón y la antigua fábrica de Mahou. Después de la marcha del
Club Atlético de Madrid al Estadio de La Peineta, se iniciarán las
obras de estos edificios en la rivera del río Manzanares
(proyectadas para finalizar en 2022).
Asegura
el gobierno de la Comunidad de Madrid que este proyecto es necesario
para poder disfrutar de nuevas zonas verdes y reflotar la economía y
la transacción inmobiliaria local, también para enterrar
definitivamente la M-30 a su paso por la orilla del Manzanares.
Además, aprovechando que se planea diseñar una serie de espacios
verdes y bulevares a los pies de estos grandes edificios, defiende
Ignacio González que el proyecto servirá para "recuperar y
extender la esencia de la histórica pradera de San Isidro
madrileña". Siendo un proyecto tan ambicioso como problemático,
el Ayuntamiento ha logrado sacarlo a delante, tras remover cielo y
tierra. ¿Supone la construcción de estas infraestructuras una gran
iniciativa para que los vecinos de Arganzuela recuperen grandes
espacios de ocio y vean mejoradas las condiciones de su día a día?
nada más lejos de la realidad...
Esto
no supone más que otra maniobra de los capitalistas para sacar el
máximo beneficio posible y se puede comprobar conociendo los
tejemanejes que el Club ATM, la empresa Mahou, FCC y el Ayuntamiento
de Madrid tienen entre sí. Por ejemplo, FCC construirá unos bloques
antes que otros porque la situación de estos permitirá que puedan
ser vendidos a mayor precio, así podrán cubrir la inversión con
mayor facilidad. Otra muestra de estos chanchullos, se percive con la
gran especulación de la propiedad urbanística presente, al saber
que la directiva del Club de fútbol vendió los terrenos a las
constructoras para financiar la construcción de La Peineta (en el
barrio de San Blas), dando luz verde a estas empresas para hacer sus
negocios. Pero estas obras tampoco saldrán nada baratas... solo
cubrir la M-30 costará 4.745 millones de euros (precio similar al de
las gigantesca construcción de Madrid Río), peso que por supuesto
tendrá que soportar la clase trabajadora. Pero no solo nos quedemos
con la idea de que las empresas han aprovechado esta oportunidad para
generar grandes beneficios. ¿Por qué? hemos de saber que el sistema
capitalista, por naturaleza, lleva una contradicción constante
causada por la búsqueda del óptimo beneficio en cada momento
concreto... En nuestro caso, podemos ver cómo el actual gobierno del
PP ha anulado la ley urbanística promulgada en 2007 por ellos
mismos, la cual prohibía la construcción de edificios de más de 4
alturas (modificación del Plan General de Ordenación Urbana y la
Ley del Suelo); el gobierno de la Comunidad de Madrid ha hecho todo
lo humanamente posible por sacar adelante este beneficioso proyecto,
al margen de las actuales necesidades de las/los trabajadoras/es, por
supuesto.
Desde
el PCPE y los CJC entendemos que esta construcción de grandes
edificios no beneficia en absoluto a los/as trabajadores/as y los
jóvenes de Arganzuela, si no a la gran empresa. Nos intentan vender
que esta iniciativa traerá ventajas para la pequeña y mediana
empresa, que gozará de establecimientos disponibles aquí... seamos
conscientes ¿Qué posibilidades tienen los pequeños negocios dentro
de un sistema donde los monopolios engullen y la concentración de la
propiedad está cada vez en menos manos? No nos pueden engatusar con
cuentos chinos. Este proyecto nada tiene que ver con nosotras/os y no lo
aceptamos. Sólo se puede parar esta nueva ofensiva del capital con
una fuerte lucha en las calles de nuestros barrios, junto a todos los
y las comunistas, codo con codo.
¡De barrio a barrio, orgullo
proletario!
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