El reparto se hizo en el centro dotacional integrado de Arganzuela, donde muchas/os jóvenes vas a diario a realidad actividades lúdico-deportivas.
La juventud comunista tiene el deporte como una parte más de nuestras reivindicaciones, y por eso vamos y seguiremos yendo a los centros deportivos a demandar nuestro derecho al deporte gratuito y de calidad, al servicio del pueblo trabajador y los sectores populares.
En Madrid se ha registrado un aumento
de los precios que varían entre un 10% y un 25%, siendo el 20% la media para
practicar un deporte. Este ataque
al deporte base en favor de otros más elitistas como la Vela
hace que la juventud obrera no pueda practicar deporte. Con la ola
privatizadora que sea ha incrementado en la actual crisis del capitalismo los
centros deportivos públicos y municipales quedan paulatinamente en manos de
empresas privadas pues la elevación física e intelectual, que hace posible el
deporte y la cultura, no es preocupación de los gobiernos capitalistas, que
utilizan todos los recursos extraídos a la clase obrera para engrasar los
aparatos financieros.
La falta de oportunidades deportivas para los
jóvenes de familia trabajadora o humilde, de la cual son responsables directos
los capitalistas que nos gobiernan, se puede combatir mediante la organización
de los propios deportistas y la participación y movilización de las masas
populares en distintas actividades deportivas y la demanda en éstas de la
mejora y el fomento del deporte, incentivando a la población desde pequeña a
descubrir y practicar el deporte que elija sin impedimentos económicos o
sociales. Haciendo que el deporte no sólo sea noticia cuando famosos
profesionales que ganan millones participan en alguna competición. La promoción
y práctica del deporte se ha revelado como pieza clave en la lucha contra la
marginalidad y la exclusión social que provoca el mismo sistema económico capitalista
que ataca y dificulta la práctica del deporte.
Nadie
duda de que el desarrollo intelectual y físico del ser humano, especialmente en
la juventud, es fundamental para la formación de la personalidad y de un
organismo sano. En el caso del deporte el número de atletas se reduce
progresivamente según avanza la edad y finalmente, con 18-20 años, sólo se
dedica a ello una minoría. ¿Dónde queda el resto? La mayoría adquiere unas
obligaciones, de tipo laboral y/o estudiantil, que les quita la mayor parte del
tiempo que unido a las dificultades económicas para realizar dicho deporte
abandonan la actividad física. Cuantos más años se tiene más complicado es
dedicar tiempo a algo que no sea trabajo o estudios, descuidando la forma
física y por ende la salud.
Si
queremos practicar un deporte de forma habitual con la primera barrera que nos
topamos es la disponibilidad de instalaciones deportivas. Incluso en deportes
populares como el fútbol o el baloncesto hay una falta de instalaciones y apoyo
institucional para todos aquellos que desean practicarlo de forma no
profesional. En deportes menos populares, aunque no menos importantes, la
práctica de aquellos deportes que requieren instalaciones o material específico
resulta casi imposible.
El socialismo no sólo genera sino que exige para su
perpetuación y avance una nueva concepción del deporte, otorgándole un
importante lugar para la mejora de la vida de la población y la satisfacción y
superación personal. Es por esto que el deporte en los países socialistas no
sólo han sido una prioridad en cuanto a inversión y universalización, sino que
es cualitativa y cuantitativamente muy superior al deporte que se ofrece en los
países capitalistas, que comercializan el deporte.
Es conocido que los países socialistas fueron grandes
potencias deportivas, posición fruto de la importancia y la inversión que se
daba a los deportes, una 'cultura física'
como parte fundamental de la formación integral dirigida a todos y cada uno
de los ciudadanos, tan fundamental como las matemáticas o la poesía.
Para los países que estamos
sufriendo éste sistema económico el deporte pasa a segundo plano y se convierte
en una profesión a la que pocos acceden y que muchos no pueden permitirse
practicar por la falta de fomento, financiación y apoyo social unido con largas
y agotadoras jornadas laborales que quitan tiempo y energías en el cuidado del
cuerpo.
Los CjC abogamos por el deporte, para que no sea un negocio
sino una constante en la vida de los trabajadores, un derecho fundamental de la
clase obrera de tal forma que el deporte y la actividad física sean parte de la
cultura y educación más fundamental y se garantice que cada individuo pueda
desarrollar todo su potencial físico y deportivo sin ningún obstáculo económico
o social.
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